HABEMUS PAPAM, es una excelente película del director italiano Nani Moretti, que fue motivo de controversia banal en Perú por su infeliz traducción como "Un Papa en apuros". Los espectadores salían de las salas de cine decepcionados por no encontrar a Leslie Nielsen, el recordado actor de comedias hilarantes.

Habemus Papam es una frase en latín que alude a tener o encontrar un Papa. Me temo que no era necesario traducir el título de la película porque era una ironía, conforme se ve en el desarrollo de la hora y media del film.

La película inicia con un espectacular despliegue que recrea la sucesión del Papa luego que fallece. Su sentido del humor es sutil y equilibrado. No tengo la seguridad si fue realizado en las mismas locaciones del Vaticano, pero en caso de no haber sido así, hay que admitir que la elección de locaciones fue excelente. Se respira el ambiente de clausura que envuelve al último gobernante absoluto de la tierra y a su corte, vale decir, al Papa y sus Cardenales, Guardia Suiza y burocracia papal.

El Director rápidamente nos sitúa en la gravedad del asunto cuando un mequetrefe reportero pretende obtener declaraciones del cortejo de Cardenales hacia la Capilla Sixtina. Como en toda la película hay un mensaje subterráneo. El divorcio entre el lenguaje del mundo actual y el de la Iglesia: es evidente que el cortejo de Cardenales es un espectáculo que la Iglesia no niega a los televidentes en todo el mundo. Pero la Iglesia no es consecuente con las formas actuales impuestas por los medios de comunicación que esperan en vano poder romper el tradicional hermetismo de ciertos rituales canónicos.

Uno de los rituales a los que me refiero es el Cónclave. A puertas cerradas, sin boato ni reporteros, los Cardenales vuelven a su dimensiones humanas, llenos de dudas y caracteres particulares. Esta impresión se refuerza con el apagón ¡en el interior de la Capilla Sixtina!. Mientras se tropiezan y caen en medio de la oscuridad se preguntan si en el exterior saben que están a oscuras. Una dulce metáfora que permite hacer verosímil el desarrollo de los hechos posteriores.

Luego de los intentos fallidos (varias fumata nera) al fin es expelida por los tejados delPalazzo la fumata bianca. Un nuevo Papa es elegido, quien no esconde su renuencia durante la aclamación.La tradición se mantiene hasta el momento de la presentación al público. Es aquí cuando ocurre lo inconcebible: pánico escénico. Si han existido Papas como Juan Pablo II duchos en el arte de impresionar a las muchedumbres como consumados actores, existen otros que no tienen ese mismo talento. Y el elegido rehusa salir a escena y se recluye en su aposento víctima del pánico Non c'e la faccio, aiutatemi.

Es una maravilla ver que Nani Moretti se encuentra en todo momento en control de los resortes dramáticos de la película, la cual no se desborda como podría pensarse. Ni aún con la llegada del renombrado, vanidoso, no creyente psicólogo que debe hacer ¡una sesión de psicoanálisis! al Papa elegido en medio de los Cardenales. Una misión imposible para el propio Freud.

El psicólogo compone uno de los momentos más interesantes de la película en su fallida sesión. No solo se da cuenta que no puede hacer uso de su arsenal: preguntas sobre la madre, sobre la niñez, sobre los sueños, las fantasías, etc. al Santo Padre de una religión que considera al subconsciente y al alma como incompatibles, sino que de pronto se encuentra como huesped obligado mientras dure la crisis papal en vista que ningún secreto sale del Vaticano, y vaya que dos mil años dan experiencia en ello.

Más complicado aún, si el Psicólogo se ve inútil en su labor y por añadidura confinado a convivir con los demás Cardenales, el Papa electo logra escabullirse de la guardia de seguridad y empieza un viaje por las calles de Roma para encontrarse a si mismo en el barullo de la ciudad y su gente hasta ir a parar en una compañía teatral.

En tanto ello ocurre, el psicólogo hace de las suyas sometiendo a los Cardenales a divertidas terapias de grupo.

Planteado de esta manera, la película parece una sosegada reflexión sobre la responsabilidad que significa ser el Supremo Padre de la Iglesia Católica, el primero y último de sus sirvientes. Ello es cierto, pero también que la película es un retrato íntimo y afectuoso de quienes practican la fe, con sus errores y dudas. Me parece genial el contrapunto entre la vivencia coral de los leales Cardenales y su Papa electo expresado en la canción "Todo cambia" de Mercedes Sosa. Muy bien elegido y representa uno de los puntos más interesantes de la película. El guardia suizo que moviendo las cortinas de la habitación papal intenta crear la ilusión que todo permanece igual, prende la radio  y deja escuchar la melancólica canción de Mercedes Sosa, la cual invade y estalla entre los mármoles de una Institución que se resiste a cambiar.

Escena de la película (una de las pocas realmente mordaces) en que uno se pregunta si estos infantiles e ingenuos cardenales no son de verdad carne de loquero.

Podría criticarse el punto de vista asumido por la Iglesia de presentar a toda la curia como un grupo de gentiles hombres exonerados de ambiciones mundanas, con el alma limpia como los niños a quienes llama Jesús para que se le acerquen. No obstante, la película opta por ser un retrato íntimo, a contracorriente del discurso prevalente que enrostra a la Iglesia Católica actual sus mezquindades y actos non sanctos como el escándalo Calvi ocurrido durante el Papa Albino Luciani, Juan Pablo I o su medieval y frívolo punto de vista sobre el aborto, los preservativos, la opción por los pobres, entre otros.

He disfrutado mucho de la película y aprecio su lenguaje sutil que sin apelar a efectos dramáticos rotundos nos introduce en la historia de un hombre que quiere apartar de si el caliz amargo de Dios.

Presumo que habrán opiniones diversas. Unos esperaran un relato descarnado y duro contra una Institución que en los últimos años empieza a desacreditarse luego de la desaparición de un actor mediático que no dejaba ver el bulto; otros, en el lado opuesto de la orilla, se sentirán afectados en su sensibilidad católica al ver que su principal líder, lejos de la infabilidad papal, también tiene dudas.

El cantado desenlace, il gran rifiuto, deja un sabor amargo. La sensación de algo inconcluso. En un principio,    la tentación de decir "tanto suspenso, tanto viaje para tan poco" queda presente. Considero que es un punto de vista aceptable. No obstante, yo creo que Nani Moretti apunta su más sutil metáfora. Las caras ansiosas de los fieles que buscan una dirección, y el hombre elegido que admite en el Balcón papal no solo que no es de los que dirigen, sino que dimite de manera directa y sin ambiguedades. Y estalla el Miserere de Arvo Part para acentuar la laceración de los espectadores y cardenales. Pregate per me, cuando las ovejas necesiten que alguien ore por ellas. El Papa renunciante nunca salió del apagón en la Capilla Sixtina, porque este se instaló en su alma. Pero al menos tiene la honradez y modestia de aceptarlo. A costa de romper el corazón y esperanzas de personas envueltas en mayor oscuridad que la suya.

El viaje del pequeño hombre acabó. Las máscaras caen. ¿Alguien podría negar que esta no es una fabulosa metáfora que simboliza la relación actual de la Iglesia con su rebaño?. No me queda duda de la intención del autor cuando rememoramos esa escena del Papa fugado en un bus recitando un discurso que nunca será oído por la muchedumbre en el cual acepta que la Iglesia se vuelve cada vez más impotente para entender a las personas. Mampostería que cae.

http://cinentransit.com/habemus-papam/

En mi opinión, es la mejor crítica de la película. Coincido con ella y a la vez reconozco su forma de abordar el tema, muy distinta del resto.

Adjunto aqui unos links. Las opiniones son variadas y respetables. Todas ellas muy bien sustentadas y expuestas.

http://www.estrenoscinema.es/2011/04/habemus-papam.html

http://www.habemuspapam.it/

http://1morefilmblog.com/wordpress/habemus-papam-moretti-2011/

http://blogs.21rs.es/lamet/2011/10/habemus-papam/

http://cachecine.blogspot.com/2011/10/critica-de-habemus-papam-de-nanni.html